
El precio sigue mandando: por qué la comida godín resiste al boom saludable
Aunque el auge de la comida saludable ha ganado visibilidad en los últimos años, la realidad del consumo cotidiano en las zonas laborales de México revela un panorama distinto.
Entre la población trabajadora, conocida coloquialmente como el “sector godín”, los platillos tradicionales y de tipo comfort food siguen siendo los grandes favoritos a la hora de comer. Tortas, tacos, guisados y antojitos continúan dominando la oferta gastronómica diaria, no solo por costumbre, sino por una razón práctica: el precio.
En un contexto donde el gasto promedio destinado a la comida entre semana suele ser limitado, la relación costo–cantidad–satisfacción se convierte en el principal factor de decisión. Por ello, las fondas, cocinas económicas y restaurantes de comida casera mantienen una clientela constante, ofreciendo porciones generosas, sabores familiares y un sentido de cercanía que difícilmente igualan las propuestas saludables o especializadas.
A pesar del crecimiento de cadenas y conceptos enfocados en alimentación balanceada, su presencia aún representa una fracción pequeña del mercado. El precio más elevado, los menús percibidos como “ligeros” y la falta de opciones accesibles en zonas de oficinas han impedido que este tipo de comida sustituya a la oferta tradicional. En última instancia, el sector godín privilegia la practicidad, el sabor y el costo por encima de las tendencias, reafirmando que la comida mexicana cotidiana —casera, abundante y económica— sigue siendo el corazón del almuerzo laboral en el país.
























































































































































